miércoles, 14 de enero de 2015

¡GRACIAS!

Suenan tres pitidos largos. Ahogados. La batalla ha terminado. Relajas los músculos. Desenchufas tu cabeza. Te sacas el protector bucal y buscas sin suerte oxígeno en tus pulmones. Paseas la lengua por tus labios. Aciertas a chocar la mano del rival que hace diez segundos pretendía despedazarte sin poder levantar la mirada de tus botas embarradas.
El adversario muta en compañero. El 8 que te ha pasado como una locomotora por encima a la salida de un scrum, te ofrece la mejor de sus sonrisas. El centro que te ha pisado limpiando el ruck, te guiña con complicidad. Es el momento íntimo en el que uno evalúa si lo ha dejado todo en el campo. Si ha alcanzado su umbral agónico. Entonces alguien pregunta cómo ha terminado el partido. Pocos jugadores saben el resultado al concluir un partido de rugby. Cuando cada pelota es la última y cada placaje es decisivo, el marcador incumbe menos. Alguien dice que habéis ganado. No hay euforia. Sólo satisfacción. 
Se cruza el árbitro, al que saludas con un movimiento de cabeza, aún sin resuello para articular palabra balbuceas "... señor". Y enfilas el camino hacia el costado del campo mientras los primeras liberan las cintas de sus castigadas muñecas, los segundas ventilan sus maltrechas orejas y los tres cuartos desentablillan sus dedos. El cuerpo sigue entumecido por los golpes, las cervicales tensan el andar de los más castigados y vuelan las botellas de agua.
Van bajando las pulsaciones. Los pulmones te dan algo de tregua. Comienzan las confidencias mientras los ganadores se van situando unos frente a otros para formar un pasillo por el que sus rivales desfilarán antes de colocarse inmediatamente tras ellos para completar otra liturgia rugbera. Arrancan los aplausos y el capitán del equipo que no ha ganado lidera la manada. Es entonces cuando de la boca de cada jugador surge una sola palabra dedicada al adversario: “¡GRACIAS!”. Quizás por darlo todo en cada pelota, por no bajar los brazos tras encajar un ensayo, por creer en cada balón, por respetar los códigos, por no meter las manos en los rucks, por exigirnos tanto, por no golpear por encima del cuello, por cobrar tan caro cada metro, por la lealtad al juego, por convertir en campo en un campo de batalla durante 80 minutos, por seguir jugando al rugby año tras año por más que el cuerpo se queje…  

No hay felicitaciones para el ganador ni consuelo para el perdedor. Hay un GRACIAS sobrio que lo resume todo. Sin resignación. Sin revancha. Un agradecimiento que concluye con un aplauso sincero de los gladiadores a la grada, familiares y amigos con quienes comparten la fe en el rugby. 
Y después de reunirse con los compañeros en un círculo en el que se desnudan las mentiras del campo, llega la edificante ducha en la que uno descubre golpes, cortes y pisotones que en el fragor de la batalla no se hacían notar. Media hora después, una vez recogido el vestuario, es la hora del Tercer Tiempo, la consagración del rugby en forma de cerveza. Pero esa es otra historia. 
Vía: Eurosport

miércoles, 30 de julio de 2014

Ser un jugador de rugby no es fácil...

Ha pasado el partido. Arrastras la bolsa cojeando hasta casa. Es tarde de sábado, o quizás de domingo. Ya es de noche. Vienes de un tercer tiempo en el que quizás no querías estar. Pero en el que tenías que estar. Y agradecer al otro equipo las ganas de luchar contra ti. Entrar a casa es un ritual de malos gestos, tareas pesadas que no hacen más que cargar tu mal humor. La ropa, llena de barro, a la lavadora. Las botas, irreconocibles, a la ventana. Es aquí cuando empieza el dolor de cabeza. Ya desnudo, te miras al espejo y evalúas las heridas. Un golpe aquí, otro allí, un corte en la cara, el ojo morado… Pero eres perro viejo, y sabes que los golpes que más duelen van por dentro, y los descubrirás mañana, al despertarte.
La ducha pasa de ser ese momento de relax diario a un torrente de alfileres que penetran en cada una de tus heridas. Tu mente, incapaz de desconectar, no deja de repetir el partido una y mil veces: Ese knock-on, esa bola que se te escapa de los dedos, ese placaje que fallaste, ese ensayo que no llegó nunca. Esa mirada a la grada, donde están los de siempre, los que nunca fallan, los que te van a ver juegues en casa o fuera, no importa lo lejos o lo temprano que se tengan que levantar. A ellos les duele tanto o más que a ti. Y no puedes mirarles a la cara.
Sales de la ducha y el hielo ya se aprieta contra tus costillas. Dicen que las costillas duelen mucho. Le llaman el dolor del alma, porque siempre está presente. Con la otra mano, haces la comida. Tienes hambre, mucha, pero no tienes ganas de comer. Llega el momento en que, sin querer, estás sentado en la silla, delante del plato y tu mirada se pierde durante unos minutos. Recapacitas y piensas: “estoy lleno de golpes, me duele todo, hemos pasado un mal rato…. ¿De verdad merece la pena seguir con todo esto?” Y justo cuando te vas a plantear dejarlo, suena el móvil. Quizás un compañero de equipo, ese que guarda tu hombro los 80 minutos, el que limpia la abierta cada vez que te caes, y que siempre está a tu lado te escribe, te cuenta que está sentado en una silla, lleno de golpes, delante de su cena fría y que se pregunta si merece la pena seguir. Y uno al otro os convencéis de dejar pasar el día, de pensar en frio.
Al día siguiente te levantas y vuelves a evaluar los daños. Todo te duele menos de lo que pensabas. Al móvil llegan mensajes de ánimo de esas personas que siempre están pendientes de ti, que siempre te apoyan ganes o pierdas. La ropa, ya no está llena de barro, los pantalones, las botas… todo huele a limpio. Es de día y ahora sí, tienes hambre y ganas de comer. Devoras el desayuno y buscas algún partido para ver. El rugby, que ayer odiabas, hoy ya lo vuelves a necesitar. Y así pasa el fin de semana, y llega el primer entreno antes del siguiente partido. El equipo parece motivado. El entreno es intenso. Corres con la rabia de pensar que no te volverá a pasar. Que no vas a volver a fallar. Que vas a ser más rápido, más fuerte, más hábil.
Cuando llega el miércoles las heridas ya han cicatrizado. Las conversaciones ya no se apartan del próximo partido. ¡Vamos a ganar! La dinámica de la semana ha cambiado totalmente. Tu mandíbula se aprieta. Y cuando llega el sábado por la mañana, saltas de la cama como un resorte. Con tu canción preferida. Esa que mueve unos hilos en tu interior que no los mueve nada ni nadie más. Con Brian O’Driscoll en el ordenador (sonriendo), o quizás con Dan Carter, o con Sony Bill Williams. Y allí, delante del espejo, donde la semana pasada veías un saco roto, ahora ves un guerrero maorí.
Uno de esos días, al fin, llega la victoria. El día en que sale todo. En el que esas personas que viajaron para verte no paran de disfrutar con el partido, de jalear y animar. Con los que luego compartes risas y cervezas. En el que al móvil sólo llegan las enhorabuenas desde la distancia. Ese día, el de una victoria importante, quizás un título, o quizás simplemente el derbi, ese día reserva unos segundos en el tercer tiempo. Y levanta la cerveza a tu salud. A la salud de aquel tipo que se sentó en una silla, con hielo y heridas por todo el cuerpo, con todo en su contra, y que se negó a dejarlo. Porque es gracias a él que ahora disfrutas de la cara dulce del rugby. Es gracias a su sufrimiento que gozas de la recompensa.
Porque el rugby, siempre nos tiene reservado un día de gloria. A todos. A veces, se hace esperar. Pero cuánto más tienes que esperar más grande será la recompensa. Perder es sólo un paso más para aprender a ganar. Mientras tanto sólo queda apretar los dientes y seguir caminando con la cabeza alta. Ser un jugador de rugby no es fácil, quizás es por eso que nos gusta serlo.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Un líder empieza entendiendo su propia historia.

"No se trata de una personalidad magnética, eso puede ser sólo facilidad de palabra. Tampoco de hacer amigos o influir sobre las personas, eso es adulación. El liderazgo es lograr que las miradas apunten más alto, que la actuación de la gente alcance el estándar de su potencial y que la construcción de personalidades supere sus limitaciones personales". Peter Drucker.

Para empezar es oportuno dar un par de definiciones de líder; según la real academia de la lengua española es la persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora, otros lo definen como alguien que puede influir en otros y que posee autoridad gerencial. (Robbins-Coultler, 2010; 370).

Un entrenador tiene la difícil misión de ocupar el lugar de un maestro que debe enseñar a sus jugadores a enfocarse en un nuevo estilo de vida, que no solo incluye mejorar como deportistas, sino también el desarrollo humano y social.

Ahora bien, el líder que se presentara a lo largo de este escrito, es el entrenador de un club de rugby en Bogotá. Tiene una trayectoria de más de diez años en el deporte, cuenta con experiencia de seis años como jugador de La Selección de Rugby de Colombia, y recientemente empezó en la labor de entrenador. A pesar del poco tiempo que lleva en este rol, ha logrado que los integrantes del equipo crean en él y en sus capacidades como líder.
Giovanny Daza, así es como se llama el que dirige a un grupo de más de veinte personas que juegan rugby, sin lugar a duda tiene un sinfín de características pero, particularmente me enfocare en cinco que considero han sido determinantes para desviar al equipo del rumbo que en un principio seguía. Una de ellas es la confianza que trasmite, la confianza es la creencia en la integridad, el carácter y habilidad de un líder, (Robbins-Coutler, 2010;384), él por su experiencia tiene un buen juicio y manejo de su temperamento en las diferentes situaciones a las que se enfrenta, siempre siendo sincero y honesto a la hora de trasmitir una retroalimentación a su equipo, es por ello que logra generar confianza y a su vez credibilidad; ésta es la segunda característica que lo define, la capacidad inspirar a los jugadores y que perciban su honestidad y competencia para dirigirlos, sin duda alguna es lo que mejor define esta característica.

La paciencia, es una cualidad que para un entrenador resulta indispensable por el constante trato con personas de diferente carácter y edad, esta es la tercera característica, la capacidad que tiene para compartir la información y saber cuándo es necesario intervenir, participar y dejarlos solos; hace parte del liderazgo del entrenador, quien a pesar de los errores en entrenamiento y en juego que cometen los jugadores, sabe controlar su temperamento y los momentos en los que debe decir algo pertinente, inculcando la perseverancia. La motivación que brinda acompañada siempre de la perseverancia que inculca, incentiva a los jugadores a lograr las metas propuestas, que como él en su época de jugador e incluso ahora, es perseverante en cada meta propuesta; uno de sus objetivos es lograr resultados en el equipo, es por ello que la perseverancia es la cuarta característica que identifica al entrenador.


La última característica que citare en este ensayo, es el respeto, la base de cualquier relación interpersonal, en el rugby el respeto es quizá una de las mayores cualidades que definen a los jugadores. El entrenador debe conservar siempre un papel central y equilibrada respetando a cada uno de los jugadores y siempre saber cómo emitirles un llamado de atención, pero eso no solo queda en el equipo , también trasciende a los rivales, quizá es esta característica y las demás ya mencionadas anteriormente, como puede llegar a ser el líder absoluto, por su personalidad y su integridad como ser humano, resaltando los valores, la importancia de la amistad y sobre todo la superación individual en todos los aspectos de la vida, sin dejar a un lado la búsqueda del líder que cada uno puede ser en cancha y fuera de ella para el equipo y la obtención de los logros comunes.

Para finalizar, daré la definición del liderazgo, es lo que hacen los lideres, es un proceso de guiar a un grupo e influir en el para el alcance de sus metas (Robbins-Coultler 2010; 370), sin embargo en lo personal esta definición se queda corta para la labor desempeñada por el líder que escogí, puesto que no se queda en el logro de objetivos, si no que también se esmera por el crecimiento de cada jugador como persona íntegra, la parte humana de cada uno no se deja atrás, por el contrario es uno de los objetivos que se buscan con este deporte, hacer mejores personas y jugadores cada día, en cada entrenamiento, fuera y dentro de la cancha.
Es por eso que el entrenador, además de su amor por el deporte quiere devolver al mismo, todo lo que en su momento éste le dio a él para crecer y lograr una solidez como persona, a través de liderar y guiar a este equipo de rugby; pues es por la experiencia y las vivencias a lo largo de la vida lo que cultiva a un líder y le enseña a afrontar cada situación de la mejor manera posible, moldeando su carácter para aprovechar las cualidades que tiene y liderar.

Bibliografía:
Robbins, Stepehen., Coultler, Mary. (2010) Administración, décima edición. Pearson educación, Mexico.
Gerorge, B., Sims, P.,McLean, A. y Mayer, D. (2007). Discovering your authentic leadership. Harvard Business Review, Feb, 129-138.
Real Academia Española. www.rae.es/rae.html [Consultado: Jueves, 29 de agosto de 2013]

Escrito por Ana María Redondo. @annaredondop
Fotografía: Aura Osorio. 
@osorioflorez

viernes, 9 de agosto de 2013

Rugby, más que un deporte; un idioma

El paso por los juegos mundiales en la ciudad de Cali de nuestro bello y hermoso país (Colombia) dejó, sin lugar a dudas, un sin fin de emociones entre los que asistieron u observaron desde las pantallas de sus televisores en casa cada una de las competencias en los diferentes deportes. Pero hablaré de un deporte en particular, que fue en últimas, la causa de mi asistencia a tan magno evento, el rugby. 

Estadio Pascual Guerrero Cali, Colombia
El rugby, deporte de hooligans jugado por caballeros, empezó a ser practicado por pocos y no hace muchos años en nuestro país y convocó a gran parte de las diferentes ligas de Colombia en el Pascual Guerrero. El deporte que llena estadios en Europa tuvo su gran debut internacional en territorio colombiano , pero no llenó el estadio, como lo hace el fútbol. Sin embargo, la tribuna se estremeció con cada try marcado por los equipos que hicieron parte de esta fiesta.

             Los Pumas vs Tucanes, Estadio Pascual Guerrero.
La participación de los equipos de ocho países, Springboks (Sudáfrica); Les Bleus (Francia); Los Pumas (Argentina); Tucanes (Colombia); Los Tupís (Brasil); Canucks (Canadá); Los Teros (Uruguay) y Hong Kong, brindaron más que un espectáculo: dos días de buen rugby.

Hong Kong - Le blues
Canucks 33- Les Bleus 21, tercer lugar para Canadá

La brecha que puede crear el idioma entre las personas, no es suficiente para lo que el rugby puede lograr entre las mismas. El reconomiento que genera equipos de gran trayectoria como All Blacks de Nueva Zelanda o el club Munster rugby de Irlanda, rompe la barrera entre los diferentes idiomas, el portar la camiseta de un equipo se convierte en la excusa perfecta para hacer amigos, tomarse fotos y hasta conversar de rugby con personas de otras nacionalidades. El distintivo "yo juego rugby" se transforma en el puente para cruzar las diferencias culturales entre quienes disfrutan de este deporte. A diferencia de lo que ocurre en otros deportes entre las hinchadas de los diferentes equipos, en el rugby todos vivimos un mismo espíritu, ambiente y pasión; no hay razón alguna para generar discrepancias entre los fanáticos pertenecientes a un club u otro. Eso es rugby, hermandad, amistad y sobre todo respeto.
Springboks - Los Teros

Escrito y fotografía: Ana María Redondo

@anitacircle

viernes, 8 de marzo de 2013

El Rugby no te hace menos mujer o más hombre.


Cuando ingrese a Coyotes recuerdo que en la convocatoria inicial de un grupo de 60 personas, aproximadamente 10 eran mujeres. Cosa que para su momento resultaba increíble, no sólo porque el deporte me parecía algo tosco para las mujeres por ser un deporte de contacto sino que también por lo poco conocido del mismo en la ciudad y en general en el país.

Después de un tiempo ese grupo de 10 se convirtió en 3, algo predecible teniendo en cuenta que en promedio 7 de cada 10 hombres que lo practican desertan en no más de dos meses de entrenamiento. Siguió así por un periodo de 5 meses hasta que ingresó un grupo similar al inicial, del cual hoy puedo decir que un par de ellas las consideró parte importante en la unión del club, por su compromiso, lealtad y actitud dentro y fuera de la cancha.

Ser Rugbier no es sólo ir a entrenar un par de veces y jugar un partido de vez en cuando, el femenino logro comprender esto mejor que algunos hombres del club y llevaron esos lazos de amistad más allá de las escasas horas de entreno a la semana y establecieron verdaderos vínculos de hermandad y apoyo entre ellas y el resto del club.

Ya después de "engomarme" más con el cuento note que Colombia es buena en el ámbito del Rugby a nivel latinoamericano. Está claro que no al nivel europeo que nos llevan décadas de ventaja en el conocimiento, difusión y enseñanza del Rugby. Pero durante el 2012 las “Tucanes” que nos representaron en el suramericano de Brasil obtuvieron el 2° puesto cayendo únicamente en la final ante Brasil, el campeón de 7 años consecutivos y durante el sudamericano de sevens en febrero del 2013 lograron el 3er puesto. Esto tiene mucho significado para el deporte a nivel nacional, porque motiva a las deportistas nacionales que hasta ahora están comenzando a practicarlo y esforzarse. (Nota Tucanes Subcampeonas)


Para sorpresa de muchos, las mujeres según datos de la Federación Colombiana de Rugby (FCR) tuvieron un gran crecimiento en el número de jugadoras a nivel nacional, esto se reflejó con una mayor presencia de equipos femeninos en las respectivas ligas establecidas de cada región; en especial en Bogotá. Según el censo de Dic 2011 Colombia tenía 763 jugadoras y en Bogotá existían 7 equipos con tan solo 50 mujeres. Contrastan estas cifras con el reciente censo a Dic 2012 en el que muestran actualmente 1156 mujeres entre categoría mayores y juveniles practicando nuestro deporte en Colombia, y en Bogotá aumento notablemente a la cifra de 138 jugadoras distribuidas en 11 equipos. 

Erika Pérez jugadora de Coyotes Rugby Club practica Rugby hace 1 año y nos recuerda como comenzó y que la motivo a seguir.
No conocía siquiera que existía el Rugby, pero un día estaba con mi mejor amigo y me pregunto -¿Usted que hace los jueves?,  Y me pidió que lo acompañara. Vi unos videos, entré en pánico y pues no iba a ir sola, así que le comente a mis dos hermanas y 2 amigas con las que decidimos ir a mirar y probar el deporte".  


Después de un par de meses tuvieron su primer partido y fue después de ese día que se motivó a seguir. -“Realmente fue después de ese partido que me motive porque se convirtió en un reto personal para seguir mejorando y mis expectativas son muchas, principalmente salir campeonas con mi equipo en la Liga de Bogotá, y que algún día todas sientan la misma motivación en cancha y la misma sed de ganar. Que nos podamos entender como grandes jugadoras, disciplinadas y sobretodo que esas 7 que en su momento estemos en cancha seamos más que un equipo y seamos como hermanas”.



Erika nos comenta que a pesar de su ritmo de vida con el estudio, trabajo y demás anhela llegar a estar en un seleccionado nacional, aunque comprende que esto requiere esfuerzo no lo considera imposible. Concluye Erika: “Quizás no para todo el mundo signifique lo mismo que para mí, pero esto es lo que me gusta y esto es lo que voy a hacer”, o como dice Lorena Rodriguez la jugadora con mayor tiempo en el club Lo que más me motivo para seguir es el amor por el rugby, que sin importar los problemas estaba este deporte siempre ahí para subsanarlos y continuar”.

 
Es tal la pasión que pocos fuera de nuestro "cuento" del Rugby logran entenderlas y es esa pasión y dedicación que ponen a nuestro deporte lo que ellas no pueden envidiarle a ningún jugador de rugby. En general ellas podrían pasar inadvertidas como la mayoría de mujeres que usted quizás pueda conocer, vanidosas, conversadoras, etc. pero después de un rato y por alguna extraña razón terminaran hablando de la ovalada, su club, su deporte y todo lo referente al Rugby.

Me remito a la frase célebre de Françoise Sagan que dice "No me gusta el rugby por violento, sino por inteligente." porque creo que ellas comprendieron que este deporte no es ir a darse golpes, es jugar con la cabeza fría y el corazón caliente. Así que aplaudo a todas aquellas Rugbiers; en especial las de mi club que demuestran con su participación que este deporte no es de todos ni todas, pero si se ha convertido en un conjunto de muchas cosas para nosotros.


Censo Diciembre 2011 FCR
Censo Diciembre 2012 FCR

Fotografias - Coyotes rugby Club
                   Fecorugby
Videos - Paola Criales

lunes, 21 de enero de 2013

Primer partido 2013


Ansias, expectativa e incertidumbre, eran los sentimientos que mostraban en el rostro algunos de los jugadores de Coyotes. Una gran cantidad de ellos con expectativas más grandes aún por ser su primer partido de 15´s y otros cuantos con apenas un par de entrenamientos de rugby estaban dispuestos a entrar a la cancha y dejarlo todo en ella.

Y así nuestros amigos de Salamandras rugby club llegaron a la cita para este encuentro amistoso en la cancha de la esmeralda (sitio habitual de entrenamiento de nuestro club) y finalmente sobre las 3:30 pm todo estaba dado para empezar.


antes de iniciar el encuentro se acordó por ambas partes no hacer disparos a "palos" dado que se jugaba en cancha de fútbol y lo importante, más allá de la efectividad de los pateadores, o la cantidad de puntos en el resultado, era disfrutar del primer juego del año.
Se inició con una plantilla compuesta en un 40% por jugadores nuevos pero llenos de ganas, que supieron llevar con cabeza fría y corazón caliente un marcador hasta el final de los 40 minutos de la primera parte por un marcador de 15-10.


Para la segunda parte del encuentro entraron en juego algunos de los "antiguos" que han jugado encuentros previos de 15´s en liga. Después de un par de buenas jugadas por parte de ambos equipos, tackles buenos, otros tantos tackles fallidos, actuaciones individuales memorables y otras no tanto en ambos equipos; finalizo el encuentro con un marcador 25-20 (no conversiones) a favor de Coyotes.


Pero dejando de lado el marcador y resultado final que fue favorable y motivador tanto para la sangre nueva y antigua del club, lo realmente importante de la jornada fue la entrega de todos los integrantes, que a pesar de reconocer falencias importantes en reglamento y técnica nos mostraron que en este deporte la actitud y el corazón es quizás más importante que el físico y la técnica.


Aprovecho estas líneas para agradecer en nombre del club a nuestros amigos de salamandras que cumplieron la invitación para jugar y pasar una tarde agradable con la ovalada, ya que estos partidos son de suma importancia para la formación y crecimiento de nuestro deporte. De nuevo gracias.

Finalmente agradecemos la asistencia de nuestros amigos, parientes, novias; jugadores de ambos equipos, vecinos del sector y demás que se acercaron a disfrutar una tarde de sábado como las que tanto nos gustan, llenas de Rugby y con gente que busca hacer que este deporte crezca en nuestra ciudad y nuestro país.



Fotos cortesía de Ana redondo y Gustavo Hidrobo.

jueves, 25 de octubre de 2012

Un 3er tiempo por el club.

La unión y solidez que llega a mostrar un club de Rugby en cancha es directamente proporcional al tiempo y actividades que ese equipo logre compartir no sólo en entrenamientos o partidos.

He llegado a esa conclusión porque siendo sinceros ¿cuál de Uds no se aferra a su club después de compartir un buen tercer tiempo y más aún después de una victoria?

En mi experiencia y por el tiempo que llevó creo que esa integración tan propia del rugby es la que logra hacer que un equipo de rugby se distinga de un equipo de (inserte el deporte que quiera aquí) y crea tantos valores en las personas que no sólo se notan en cancha.

He visto pasar por mi club un par de cientos de personas de esas que dicen "vengo a probar" "a mí me gusta" "yo he visto y me parece muy bueno" y uno los ve constantes durante 2 semanas de entrenamiento o 1 mes en el mejor de los casos... Después de eso hasta el sol de hoy no los he vuelto a ver. De los 60 que ingresamos cuando decidí practicar rugby por 1ra vez en mi convocatoria hoy por hoy continuamos 3... Así es sólo 3, pero haciendo una reflexión sobre el por qué no están los demás (exceptuando casos especiales por trabajo o traslado de ciudad) creo que les faltó tomarse una cerveza después de salir molido de un partido, reír y recordar quien lo tackleo y posiblemente quien le rompió la nariz.


Porque no podemos reducir el Rugby a sólo eso; ir a correr en entrenamientos 3 días a la semana, en el equipo uno tiene hermanos, amigos y amigas con quienes se debe compartir más que un trozo de césped y la ovalada. En el Rugby compartir, reír y tomar una cerveza son casi tan importantes como correr, sudar y tacklear.